Precauciones a tener en cuenta de los retardantes al Fuego para Madera
Por J. Bradish. Waring
El empleo de sales inorgánicas como tratamiento para retardar el fuego en la madera no es un desarrollo moderno. La verdad es que aproximadamente hace ochenta años, la madera fue tratada en la industria mediante una impregnación a presión mediante sales minerales en profundidad impregnando las células de la madera.
Este proceso trajo como consecuencia un nuevo concepto en la edificación en madera, conocido como Tratamiento Retardante al Fuego (TRF) lo que puso en guardia a las aseguradoras a la hora de contratar seguros de casas. Los materiales como los contrachapados, vigas de madera, tablas y tablones fueron tratados con estos productos y pudieron reducir la capacidad de hacer frente la madera al fuego. Estas sustancias químicas reducen la temperatura en la cual la degradación termal puede ocurrir en el comienzo del incendio, reduciendo la cantidad de volátiles inflamables.
A finales de los años 1950 y a principios de los años 1960 varias empresas comenzaron agresivamente a sacar al mercado formulaciones de retardantes al fuego para el control de la madera en la edificación con diferentes marcas comerciales. Mientras las formulaciones de estos productos eran (y todavía son) parecidos a los actuales, y sin duda estos han variado en un pequeño grado, » la primera generación » de productos conteniendo sales inorgánicas como el Fosfato de Monoamonio, Sulfato de Amonio el Cloruro de Zinc y el Fosfato Diamonio también fueron usados.
El Problema
El problema con el empleo de estas sales inorgánicas es que estas sales son muy higroscópicas, esto es, absorben la humedad del aire cuando la humedad relativa es alta.
Se ha visto que algunos de estos productos eran tan higroscópicos que goteaban los productos tratados cuando la humedad donde se encontraban estaba a 90%
Problemas posteriores vieron que la corrosión de los fijadores metálicos empleados como accesorios en los entramados se corroían pasados unos años. Sin embargo, en los pocos años pasados, se ha hecho cada vez más evidente que hay problemas mucho más serios asociados con las formulaciones de retardantes al fuego.
Estos problemas son como consecuencia de las altas temperaturas que se desarrollan en el incendio y el agua absorbida por la madera tratada reacciona químicamente con el fuego para producir una condición conocida como “hidrólisis ácida” también conocida como “ácido catalizado deshidratado”. Este proceso ataca la fibra de la madera que la hace frágil y pierde fuerzas significativas como el módulo de elasticidad y módulo de ruptura, así como la resistencia al impacto
Estas pérdidas de propiedades anteriormente citadas pueden hacer que haya causas suficientes para hacer un repaso a los daños que pudieran ocasionar los entramados de madera tratada frente a unos derrumbamientos de la azotea.
Estos problemas pueden ser fatales y por lo tanto representar una verdadera amenaza ante un colapso. Dependiendo de las condiciones donde se encuentra la madera, esto puede ser a los veinte a treinta años para llegar a obtener una degradación y alcanzar el punto de fractura llena. Frecuentemente, esta fractura no se nota debido a la poca accesibilidad en las áreas con problemas.
El reemplazo de los entramados con este problema requiere la destrucción de la estructura de la azotea entera, y frecuentemente implica el retiro y/o la destrucción de la infraestructura eléctrica, la fontanería, etc.
Identificación de los tratamientos ignífugos a la madera
Mientras el análisis químico puede ser usado positivamente para determinar la presencia de productos retardantes al fuego de madera, la siguiente lista puede ser usada como una guía general en inspecciones a tener en cuenta:
- Si los productos siguen estando todavía existentes, repasen los proyectos y los datos específicos de la estructura principal, determinen si las maderas tratadas de TFR fueron especificados como un componente del edificio.
- Intente determinar la fecha de construcción. Los problemas están comúnmente asociados con edificios construidos en los años 1960 y años 1970.
- Sin embargo, estos tratamientos de madera, pueden existir en cualquier estructura independientemente de la fecha de construcción.
- Busque los sellos de identificación que típicamente son localizados sobre las partes visibles de la cubierta de chapeado o madera tratada.
- Los sellos de identificación pueden ser sellos de tinta o etiquetas adhesivas. Estos sellos también pueden identificar el nombre del propietario del tratamiento, el fabricante o el aplicador.
- Mire el color de los componentes de madera tratada, son típicamente más oscuros en color.
- Mire la superficie de las maderas tratadas, las grietas se pueden comprobar con la luz si el grano de la madera es gr
- ande.
- Mire los sujetadores metálicos o placas metálicas sobre entramados prefabricados. La corrosión de las p
- lacas de entramado metálicos y/o la presencia de residuo blanco pueden ser asociados con las sales de tratamiento.
- Busque grietas, hendiduras, o roturas dimensionales en la madera tratada. Estos tipos de daños pueden ser lo más extenso en el acorde inferior de un entramado (la parte horizontal en el fondo el entramado que a menudo apoya el techo terminado).
Lo Esencial
Los peligros asociados con el problema del tratamiento ignifugo son verdaderos y no deberían ser pasados por alto por la propiedad, gerentes, dueños y otros que tienen la responsabilidad de hacer el mantenimiento. Si una inspección revela la presencia de madera tratada, un análisis completo estructural por el ingeniero competente estructural debería ser emprendido para determinar el grado de cualquier daño o pérdida de integridad de la madera. Si fuera necesario, dar los pasos necesarios para asegurar la estructura desde un punto de vista de seguridad.