Clases de usos de la madera

Las clases de riesgo de ataque biológico en la madera (UNE EN 335)

Durante cerca de un siglo, la madera ha sido relegada en nuestro país a un papel secundario, siendo utilizada fundamentalmente en obras de circunstancia y en la fabricación de cimbras y encofrados. Las causas fundamentales hay que buscarlas en la política económica general y en un cierto desprecio por los materiales tradicionales a favor de las nuevas tecnologías de la estructura metálica y los hormigones armados y pretensados. A esto hay que añadir el mal uso, tratamiento y manipulación de la madera que se empleó en las décadas de los 60-70. La irrupción en el mercado de las estructuras de madera laminada, ha hecho que sumado al buen hacer de las nuevas tecnologías y productos protectores existentes en la actualidad, se produzca una demanda cada vez mayor de la madera como uso arquitectónico.

Sin embargo, hoy existe un gran desconocimiento de toda la problemática que se tiene que dar para poder prescribir este material en la construcción. Por tal motivo creemos que con este artículo vamos a poner un grano de arena sobre cómo empezar a saber lo más importante de este material.

La Norma Europea UNE EN 33

Esta norma EN 335 establece cinco clases de riesgo que se corresponden con las diferentes situaciones de servicio en las que puede estar expuesta la madera y sus productos derivados. Asimismo se indican los agentes biológicos que corresponden a cada situación.

El prescriptor puede utilizar la norma para identificar la «clase de riesgo» de una situación de servicio determinado desde un punto de vista físico y geográfico. La tabla siguiente es la base principal del conocimiento de los arquitectos para poder determinar los agentes biológicos que pueden atacar a la madera en una situación. El arquitecto puede entonces considerar el tipo y la duración de la prestación requerida, seleccionar un nivel apropiado de durabilidad y asegurarse de que la madera o producto derivado de la madera ofrece esta durabilidad.
Clase de riesgo 1:
Situación en la cual el componente está bajo cubierta, completamente protegido de la intemperie y no expuesta a la humedad.
Clase de riesgo 2:
Situación en la cual el componente está bajo cubierta y completamente protegido de la intemperie, pero en la que se puede dar ocasionalmente una humedad ambiental elevada (la humedad ambiental elevada puede conducir a una humectación ocasional pero no persistente).
Clase de riesgo 3:
Situación en la que el componente se encuentra a descubierto pero no en contacto con el suelo. Puede o no estar permanentemente expuesto a la intemperie, pero en cualquier caso sometido a una humidificación frecuente.
Clase de riesgo 4:
Situación en la cual el componente está en contacto con el suelo o con agua dulce y expuesto a una humidificación permanente.
Clase de riesgo 5:
Situación en la que el componente está en permanente contacto con el agua salada.

Para una mejor interpretación de las «clase de riesgo» a continuación definimos cada situación atmosférica:

Tabla de clases de riesgo

Tipos más comunes de ataque biológico según las clases de riesgo

U = Universalmente presente en toda Europa.

L= Localmente presente en toda Europa

CLASES DE RIESGO

1.- Sin contacto con el suelo. Bajo cubierta. Ambiente seco.
2.- Sin contacto con el suelo. Bajo cubierta. Ambiente húmedo.
3.- Sin contacto con el suelo. No bajo cubierta.
4.- En contacto con el suelo o con agua dulce.
5.- En agua salada.

Información sobre los agentes biológicos

Insectos

Coleópteros

Insectos voladores que efectúan sus puestas en los poros o fendas de la madera y cuyas larvas atacan la madera.
Están presentes en toda Europa, pero el riesgo de ataque varía y puede ser desde muy elevado a prácticamente insignificante. Los más importantes son: Hylotrupes Bajulus, Anobium Punctatum y Lyctus Brunneus. Existen muchos otros coleópteros destructores de la madera de menor importancia, por ejemplo, Hesperophanes Xestobium Rufobillosum.
– Carcoma grande
Insecto presente en altitudes de hasta aproximadamente 2.000 metros, pero de poca importancia en el norte y noroeste de Europa. Su vitalidad y longevidad dependen fundamentalmente de la temperatura ambiente y del contenido de humedad de la madera. Ataca a diversas especies de coníferas. En caso de ataque puede entrañar daños graves de carácter estructural.
– Carcoma
Insecto causante de ataques a la albura de determinadas especies. En algunas especies los daños pueden afectar también al duramen. Su presencia puede tener algunas veces importancia para las prestaciones de la estructura. Es especialmente frecuente en climas costeros o en lugares con ambiente húmedo.

– Xestobium Rufovillosum
De cierta importancia sobre todo en las maderas frondosas utilizadas en estructuras antiguas en la mayor parte de Europa.
– Lyctus Brunneus 
Insecto que ataca la albura de ciertas frondosas que contienen almidones y de cierta importancia en toda Europa sobre las maderas frondosas, tanto europeas como de importación.
– Hesperophanes spp.
Insecto presente en el sur de Europa. Se encuentra sólo en frondosas. Ataca la albura de ciertas especies y en algunos casos también al duramen.
– Termitas
Insectos sociales repartidos entre diversas familias. En Europa están citadas sólo cuatro especies. Las más peligrosas para las estructuras son las especies subterráneas y fundamentalmente Reticulitermis Lucifugus y Santonensis.
Las termitas en Europa sólo se encuentran en zonas geográficas muy limitadas. En estas zonas la protección de la madera es complementaria de otras medidas de protección a desarrollar, por ejemplo, sobre cimentaciones, suelos o muros.

Hongos

Hongos destructores de la madera

Es necesario un contenido de humedad de la madera mayor del 20% para el desarrollo de estos hongos.
– Hongos Basidiomycetas de pudrición de la madera 
Hongos causantes de la pudrición cúbica y blanca, pero no de la pudrición blanda.
– Hongos de pudrición blanda
Hongos causantes de un tipo de pudrición caracterizada por un reblandecimiento de la superficie de la madera, aunque pueden producir también pudrición en profundidad.
Estos hongos necesitan una humedad de la madera más alta que los basidiomicetos. Afectan especialmente a la madera en contacto con el suelo o con el agua.
Hongos cromógenos de la madera
Hongos causantes del azulado y el enmohecimiento en servicio.
Estos hongos sólo afectan en la práctica a aspectos estéticos. Pueden degradar los revestimientos decorativos.

– Hongos de azulado
Hongos causantes de una coloración azulada a negruzca permanente, de intensidad y duración variables, fundamentalmente en la albura de ciertas maderas. Esto no supone cambios notables en las propiedades mecánicas, pero puede aumentar la permeabilidad.
– Mohos
Hongos que se manifiestan en la superficie de las maderas húmedas formando manchas de colores variados que precisan un contenido de humedad superficial superior al 20% (por ejemplo, como consecuencia de la condensación del vapor de agua en un ambiente de elevada humedad relativa). Estos hongos no suponen modificaciones importantes en las propiedades mecánicas de la madera. Tienen únicamente una influencia significativa para la madera puesta en obra si la degradación estética que originan es indeseable o inaceptable.
Estos hongos no son específicos de la madera y pueden aparecer sobre cualquier material que presente un grado de humedad elevado.

Xilófagos marinos

Denominación que se aplica fundamentalmente a invertebrados marinos tales como Limnoria spp. y Teredo spp. que precisan cierta salinidad del agua y que se desarrollan en la madera originando galerías y cavidades.
Estos organismos pueden producir daños de consideración en estructuras fijas o flotantes.
Estos hongos, insectos y xilófagos marinos afectan a la madera y sus productos derivados de diferentes formas. La importancia del ataque de estos agentes puede ser diferente para la madera maciza, para los tableros derivados de la madera.
Una vez que hemos definido las clases de riesgo como elemento principal del conocimiento del arquitecto, pasamos a continuación a exponer una guía de toma de decisiones a la hora de prescribir la madera en obra.